Así estoy yo todo el día: en equilibrio constante (muy diferente a estar en constante equilibrio, ya quisiera yo 😉). Pero, ¿quién no está así? Quién no está intentando encontrar el equilibrio y mantenerlo. Y es que, cuando crees que ya tienes todas las variables en su sitio, cuando te sientes con el control, algo aparece que te obliga a replantearte las prioridades. Otra vez vuelta a empezar, a poner arriba la piedra que antes estaba abajo, abajo la que antes estaba en el medio…, y así hasta lograr nuevamente el equilibrio.
Creo que puedo disfrutar de ello, de buscar el equilibrio, de encontrarlo, de perderlo y buscarlo de nuevo. Y creo que eso, disfrutarlo, es el eje fundamental, más allá del equilibrio constante, más allá incluso del constante equilibrio.