Ser Altamente Sensible es un don. Sientes de forma profunda e intensa todo lo que ocurre a tu alrededor. Seleccionas los lugares y los momentos, porque sabes que no todos son buenos para ti. Algunos te saturan y te agotan, o te crean un malestar tan hondo que te cuesta respirar. Si eres altamente sensible lloras ante la belleza y sientes la tristeza de quien está al otro lado del planeta, porque tu empatía es ilimitada.
Ser Altamente Sensible es un don y un privilegio. Se convierte en una suerte cuando sabes que ese rasgo es el que explica lo que te ocurre y lo que sientes. Se convierte en una rareza que puede hacerte sufrir si no lo sabes.