Empecé a practicar el minimalismo antes de saber que se llamaba así. Un día empecé a liberarme de cosas, harta de pasarme los días ordenando y organizando, cansada de que cada vez que hacíamos un viaje los preparativos me llevaban un día entero. Lo hice de manera impulsiva y sin reflexionar mucho. Primero me quité de encima lo que no usábamos, lo que estaba roto, pendiente de arreglar, los por si acasos… La energía que empezó a fluir en casa era tan limpia, tan renovadora, que cada día me desprendía de algo. Lo asombroso es que cuanto más tienes más necesitas, y cuanto menos tienes menos necesitas también. Decidí que lo inteligente, lo saludable, era necesitar poco. Desde entonces sigo los pasos de lo que ahora sé que se llama minimalismo, y que para mí tiene todo el sentido del mundo. Porque cuanto menos tenemos en casa, más vivimos lo que hay. En mis siguientes entradas de los viernes os iré contando cómo me he librado de todo lo que acumulábamos y cómo el orden ha cambiado nuestra vida.
Publicado por
Myriam Sayalero
Soy escritora, madre de tres hijos, esposa y CEO de Adosaguas Contenidos Multiplataforma. Lo mismo plancho un artículo que tecleo el uniforme del cole... Osea, soy Mym (Madre y Mujer). Quiero contarte cómo ser Mym, Mujer y Monotarea. Es vivir Aquí y Ahora. Es poner límites. Es delegar. Es tener tu lugar y defenderlo. Es ser consciente. Estar orgullosa de lo que decides, orgullosa de decir sí y de decir no. Quiero compartir lo que he aprendido, lo que sé que funciona. Mi último libro Los desmadres de Mym, cuenta todo esto y alguna cosita más 😉 Ver todas las entradas de Myriam Sayalero